El éxito en las organizaciones se consolida mediante la eficacia de sus procesos y su capacidad para adaptarse al cambio.
En SER, desde hace 30 años nos hemos dedicado a mejorar el desempeño y la rentabilidad de las empresas mediante la implementación de mejores prácticas en eficiencia operativa. Respaldados en nuestras experiencias y conocimientos, nos dimos a la tarea de realizar el Termómetro Empresarial SER, una práctica herramienta dirigida a los líderes de negocio para la detección oportuna de los síntomas que están afectando el crecimiento de sus empresas.

Estado crítico
Inminentes pérdidas económicas, disminución de clientes potenciales, impacto negativo en la marca e incremento de los pasivos.
Ante la presencia de uno o más síntomas y causas, difícilmente se podrá alcanzar un crecimiento sostenible aun cuando se fijen objetivos.
Estado de alerta
Posibles pérdidas económicas, incumplimiento en los niveles de servicio, deserción laboral, activos en riesgo de pérdida.
Cualquier estrategia de negocio sin un previo análisis, optimización y evaluación de los procesos internos, representará una amenaza latente en la operación y un provocará un impacto negativo en la rentabilidad del negocio.
Estado ideal
Mejora continua
El monitoreo y la evaluación de los indicadores de desempeño son estrategias indispensables para asegurar un impacto positivo y constante en la rentabilidad de la organización. Esto implica analizar los resultados cualitativos y cuantitativos de la ejecución del plan de negocio para detectar áreas de oportunidad.
¿En qué estado ubicas a tu empresa?
En estado de alerta o crítico, la empresa tiene una solución, por ello, es fundamental identificar de manera precisa y rápida, las principales problemáticas para implementar las medidas correctivas necesarias.
¿Cuáles son las causas?
Debido al entorno organizacional, es común que cada empresa experimente uno o varios síntomas a la vez y a menudo carezcan de las capacidades de gestión necesarias para resolver los problemas de raíz. Gracias a nuestra gran experiencia en la ejecución del Diagnóstico Operacional, etapa inicial de nuestra Metodología INSII®, hemos sido capaces de identificar tendencias recurrentes y los factores que obstaculizan la eficiencia operativa y el crecimiento empresarial. Las principales son:
- Las Gerencias y Supervisiones se pierden en los detalles de la operación.
- Las personas “dueñas de los procesos” se suman al ritmo que los operadores determinan.
- El personal considera que se puede mejorar la operación, sin embargo, nadie toma la iniciativa.
- Las tareas se extienden para ocupar el tiempo disponible según la cantidad de trabajo asignado.
- El personal del área desconoce los objetivos del turno, día y semana. Se limitan a ejecutar sus tareas de manera mecánica.
- No hay una comprensión clara de los costos asociados al retrabajo y los tiempos muertos.
- Carecen de controles (sistemas) de seguimiento al plan de trabajo.
- Existe una brecha conceptual entre la gerencia y los niveles operativos sobre la planeación y control de los recursos.
- Las áreas no aprovechan la generación de datos para respaldar una toma de decisiones efectivas.
- No hay un seguimiento sistemático sobre el avance en el plan de trabajo individual.
- No es común que el personal reciba retroalimentación sobre la cantidad y calidad de su desempeño por hora o turno.
- Nula cultura de prevención. Las tareas se vuelven reactivas al no categorizar las importantes de las urgentes, cuando la catástrofe ya es inevitable.
- El personal operativo desconoce si existen por área, metas y mecanismos que los regulen.
- La duplicidad de en el procesamiento de la información provoca errores e incumplimientos, lo que afecta la toma de decisiones.
- No se miden los tiempos de servicio de los macroprocesos. Las Gerencias solo se preocupan por la parte que les corresponde; difícilmente miden el tiempo total de un proceso desde que realiza un pedido hasta la entrega del mismo.
¿Cómo mitigar los síntomas?
La Mejora Continua es un método infalible para analizar, evaluar, medir y monitorear los indicadores de desempeño de los tres pilares de una organización: el personal, los procesos y la tecnología. Se puede implementar mediante el uso de diferentes metodologías y buenas prácticas.
Gestión del comportamiento organizacional
- Fortalecimiento de la cultura empresarial mediante la supervisión y la medición del comportamiento de las personas.
- Adaptación al cambio y nuevos procesos.
Optimización de procesos
- Modelado de los procesos internos.
- Solución a problemas de eficiencia y productividad.
- Máximo aprovechamiento de los recursos disponibles.
Integración tecnológica
- Alineación de la tecnología a las necesidades de las áreas estratégicas.
- La tecnología como aliada en el fortalecimiento de las habilidades del personal.
Su implementación debe ser cíclica, por tanto, es necesario evaluar y corregir constantemente los indicadores de desempeño, incluso después de haber cumplido con todas las metas.
Para destacar en un mercado altamente competitivo, las empresas necesitan ser más flexibles para adaptarse a los cambios, fomentar un ambiente laboral positivo y promover la innovación operativa, con el mínimo de costos, máximo rendimiento y productividad.
El éxito depende de la eficacia de los procesos y la capacidad de adaptarse al cambio. Y tú…¿HASTA DÓNDE QUIERES LLEGAR?