Desafíos y Oportunidades en la Gestión Sostenible del Agua en México: El Papel Clave de las Empresas
La escasez de agua es un desafío multifacético que exige una atención urgente y una acción concertada por parte de todos los actores sociales.
En la actualidad, más de 700 millones de personas en todo el mundo carecen de acceso al agua potable, una cifra alarmante que refleja la magnitud de este problema global. Según estimaciones de la ONU, para el año 2050, una de cada cuatro personas vivirá en un país afectado por la falta crónica de agua dulce.
Estas proyecciones ponen de relieve la necesidad imperiosa de abordar esta cuestión con determinación y visión a largo plazo.
En el contexto específico de México, la situación no es menos preocupante. El informe «El Agua en México, Actores, sectores y paradigmas» revela que aproximadamente 12 millones de personas en el país carecen de acceso al agua potable. Además, las sequías han aumentado en intensidad durante la última década, y la sobreexplotación de los acuíferos ha incrementado en un 15%, lo que agudiza la escasez hídrica en diversas regiones.
Esta realidad pone de manifiesto la urgente necesidad de implementar políticas y medidas efectivas para garantizar un suministro adecuado de agua y promover su uso sostenible en el tiempo.
Entre los principales desafíos que enfrenta México en materia de agua se encuentra la pérdida significativa de este recurso debido a fugas en las redes de abastecimiento, que alcanza un preocupante 46%. Esta pérdida de agua no solo representa un desperdicio de un recurso vital, sino que también contribuye a agravar la escasez hídrica en el país.
Además, el 80% de los cuerpos de agua en México presenta algún tipo de contaminación, principalmente debido a descargas industriales, lo que compromete aún más la disponibilidad de agua de calidad para la población y las actividades económicas.
Ante este panorama, es fundamental desarrollar e implementar infraestructuras que aseguren un abastecimiento y saneamiento adecuados del agua en todo el territorio mexicano. Esto requiere no solo una inversión significativa en la construcción y mantenimiento de infraestructuras hídricas, sino también el diseño e implementación de políticas públicas que promuevan un uso más eficiente y sostenible del agua en todos los sectores de la economía.
En este sentido, las empresas juegan un papel crucial. Tanto las compañías del sector de la construcción e infraestructura como aquellas que dependen del agua como materia prima indispensable en su producción, tienen la responsabilidad de adoptar prácticas sostenibles en su gestión del agua. Esto incluye medidas como el análisis de la huella hídrica para identificar áreas de mejora en el uso del recurso, así como la implementación de tecnologías y procesos más eficientes que permitan reducir el consumo de agua y minimizar los impactos ambientales.
Además, las empresas deben ser conscientes de que la sostenibilidad no es solo una cuestión de responsabilidad social, sino también un factor clave para su reputación y competitividad en el mercado. En un contexto donde los consumidores están cada vez más preocupados por el impacto ambiental de las empresas, aquellas que adopten prácticas sostenibles en su gestión del agua estarán mejor posicionadas para atraer y retener clientes, así como para cumplir con regulaciones cada vez más estrictas en materia ambiental.
Es importante destacar que la escasez de agua no solo tiene repercusiones ambientales, sino también económicas. La falta de acceso al agua potable y de riego adecuado afecta la productividad en sectores clave como la agricultura e industria, lo que puede tener un impacto negativo en el crecimiento económico y la competitividad del país en su conjunto. Por lo tanto, abordar la escasez de agua no solo es una cuestión de responsabilidad ambiental, sino también una necesidad imperiosa para garantizar un desarrollo económico sostenible y equitativo para todos los mexicanos.
En conclusión, la escasez de agua es un problema complejo que requiere una respuesta integral y coordinada por parte de todos los actores sociales. Las empresas tienen un papel fundamental en esta tarea, y es imperante que asuman, la responsabilidad activamente, en la gestión sostenible del agua en México. Solo mediante una colaboración efectiva entre el sector público, privado y la sociedad civil podremos garantizar un futuro próspero para las generaciones venideras.
Andrés Herrera Mejía
Socio fundador